jueves, 7 de enero de 2010

Chávez, al baño con linterna y a la guerra con milicias

Como asusta a la muchachada el rum-rum del cigarrón... Chávez, habla de guerras como quien se pega un palo de ron. Galtieri invadió las Malvinas y hundió a Argentina en la desolación.



La experiencia de la última "guerra anti-imperialista" en América latina, fue una lección difícil de olvidar, sobre todo para el pueblo argentino.

Imitando a Leopoldo Galtieri, aquel insigne general argentino, conocido por su afición a soplar güisqui, que llevó el país a la guerra, el luto, el fracaso, la frustración y la bancarrota, el nuevo "libertador de las américas" Hugo Chávez Frías, arenga al pueblo venezolano, para que empuñe las armas contra el "imperialismo yanqui" y su "lacayo colombiano", como si el pueblo de Colombia, no existiera, como si los ciudadanos colombianos fueran el enemigo a batir, como si se hubiera producido una agresión contra el pueblo de Venezuela, que no sólo no se ha producido, antes al contrario, Colombia viene sufriendo con resignación el sistemático apoyo del Gobierno de Venezuela a los "narco-guerrilleros" de las FARC, movimiento cada vez más desprestigiado y aislado, a nivel internacional.

Las consecuencias de un conflicto armado entre Colombia y Venezuela, repercutirán en MERCOSUR.

La retórica caduca de Chávez, su infantilismo izquierdista y su vocación de "Cantinflas", no son un buen ejemplo de líder y menos de estadista.

Aprovecharse de la buena fe de los venezolanos, de los deseos de justicia social, del hambre atrasada y años de subdesarrollo, cuando la corrupción de la nueva clase dirigente es un escándalo, cuando por los ministerios ha pasado más gente que en los 40 años anteriores, es simplemente bochornoso.

Todo parece indicar que se trata de una operación propagandística de Chávez.

Pedir al pueblo que se alumbre con una linterna por la noche y que se vaya a la guerra por la mañana, suena a chiste.

No dudo de las buenas intenciones de muchos de los seguidores de Chávez, nadie en su sano juicio, puede poner en entredicho la legalidad del Gobierno de Venezuela, ni el derecho de los venezolanos a desarrollar su propia revolución.

Otra cosa es ocultar o distraer los fracasos de ese proceso revolucionario, con supuestas agresiones y lo que es más grave, movilizar al pueblo venezolano para una guerra entre hermanos, que nada la justificaría.

Por ese peligroso camino sólo se va a la destrucción y la barbarie, de victoria en victoria, hasta el fracaso final.

Con estas actitudes, Chávez, se está convirtiendo es una pesadilla para el pueblo venezolano y una vergüenza para el mundo, lo que tenía de simpático y hasta gracioso, lo está volviendo odioso.


Publicado en globedia.com el 10-11-2009